martes, 2 de septiembre de 2008

Audiencias, televidencias y mediaciones: Un reconocimiento preliminar


La lectura de este capítulo menciona que las sociedades contemporáneas se encuentran insertadas por dos grandes tendencias crecientes y paralelas e interdependientes: mediatización y audienciación.

Dentro de la mediatización marca a la televisión (institución social) como protagonista en lo hogares latinoamericanos desafiando su vida cotidiana. Las sociedades actuales se distinguen por su dependencia y pertenencia mediática múltiple (cognoscitiva, emocional y práctica). Este protagonismo de la TV y su peculiar mediatización obedece a decisiones políticas y económicas específicas, que las han caracterizado en cada país.

En la tendencia de audienciación le atribuye un nuevo status a los sujetos sociales de interlocución, reconocimiento y auto percepción, donde la TV se convierte en su principal referente y a la vez que en sus vehículos expresivos. Una de las experiencias vitales y definitorias de los sujetos sociales contemporáneos es sin duda sus televidencias y demás interacciones mediáticas: escuchas, lecturas, cinevidencias, escenovidencias y navegaciones ciberinformáticas.

El término audiencia conlleva doble significado: recibir y emitir información; así como llevar acabo una audiencia supone exponer y escuchar los argumentos de todas las partes involucradas, puesta en común de las diferentes perspectivas. Sin embargo para la televisión y los medios es sinónimo de un público, de un conglomerado de espectadores estáticos y pasivos. Se le ha dado énfasis a lo receptivo y un desénfasis a lo expresivo y lo interactivo, que han creado un reduccionismo aún en el área académica, donde el punto comandante es el emisor, el mensaje y no el receptor (la audiencia).

Hoy en día ser audiencia para los sujetos sociales significa una trasformación de su estructura, así mismo modifica el vínculo fundamental entre los sujetos sociales con su entorno y con los acontecimientos y fuentes tradicionales de información (familia, amigos, barrio, etc) y fuentes institucionalizadas como el gobierno o la iniciativa privada. Lo se puede ver y apreciar de manera directa y personal se ha ido cambiando por las pantallas de los televisores y las computadoras y los encuentros personales por los chats, las conversaciones virtuales y las experiencias a través de las pantallas de TV y la tecnología.

Por otro lado la representación mediática y su simulacro de realidad tienen un crecimiento acelerado y se consolida como producto y proceso, a la vez que como mediación privilegiada para conocer, sentir y gustar.

La dimensión de lingüística televisiva se refiere al lenguaje y a la gramática específica de la televisión. El leguaje televisivo, es un lenguaje compuesto audio-visual en movimiento, sedimentado en terceros lenguajes, como el musical, oral y escrito. Su gramática es video-gramática que se rige por la lógica del relato y que privilegia la unión del collage, el mosaico sobre la linearidad, estimulados con diferentes efectos o recursos efectistas, que privilegian la connotación de la denotación.
Se entabla el intercambio entre los códigos televisivos y aquellos de las audiencias, poniéndose en juego signos y significantes icónicos y sonoros variados, conformando desde la televisión una distintiva demanda de sus audiencias, que al decir de Ferres (2000) significa que los mismos significantes se vuelven significados, facilitando sólo algunas respuestas, enfocándose hacia el ámbito emocional.

Otra de las dimensiones de la televidencia se relaciona a lo mediático de la televisión, la programación se produce atendiendo a imperativos comerciales y a lo que Martín Barbero (1996) llama formatos industriales, incluso programas educativos respetados. La oferta televisiva es un compuesto de paquetes presentados en barras, en horarios, en series, en canales, que se definen con bases mercantilistas y necesidades de segmentación de nichos de audiencia. Los menús televisivos se originan de esta segmentación televisiva, multisegmentándose de acuerdo a criterios oportunistas de colocación y venta de su programación. En la actualidad la medianidad televisiva se rige por el rating.

La televisión se sedimenta técnicamente, constituyendo su tecnicidad manifestándose como una dimensión novedosa. Ahora ya es factible utilizar la TV como pantalla de videojuegos, o de la computadora, volviéndose más interactiva. El hecho de que en la TV se puedan dar las repeticiones multiplica la recepción y con ella la expectación de las audiencias.

Por último en México la empresa Televisa se desarrolló gracias al partido político que gobernó durante muchos años el PRI, lo que permite hablar de una dictadura televisiva, se regían por las censuras y los acuerdos con el gobierno, lo que aparentemente en la actualidad de está dejando de hacer, dando paso a decisiones mercadotécnicas, sin abandonar su alianza con el poder.

Llamó mucho mi atención lo que menciona el autor sobre que se están cambiando las ventanas de la casa por la pantalla de la televisión y el computador y las relaciones personales con las charlas virtuales y los chast. Enfocando esto a los alumnos es preocupante, debido a que como docentes debemos fomentar dentro de nuestra aula (al menos), debates sobre temas que se estén tratando para que la virtualidad de las relaciones por lo menos dentro de la institución educativa se aminore. Otra cosa que seria interesante es: Así como nos ponemos de acuerdo para tener una charla virtual, podemos juntarnos con nuestros alumnos en alguna biblioteca para llevar a cabo discusiones académicas, que sirvan para que los alumnos tengan un aprendizaje significativo del tema en cuestión.



OROZCO, Guillermo “Audiencias, Televidencias y Mediaciones: un reconocimiento preliminar” (Capítulo 1) en Televisión, Audiencias y Educación, Editorial Norma, 2001. (pp. 19-37).

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