domingo, 9 de noviembre de 2008


“Televisión abierta y audiencia en América Latina”

Fuenzalida expone que la investigación de las audiencias en TV tiene tres perspectivas de aproximación: la primera tiene que ver con el interés sociopolítico en la relación de la sociedad y los medios masivos de comunicación, la segunda se ubica en la gerencia comercial de los canales y su participación en la recolección de información sobre las características de la audiencia y su negociación con los avisadores, y los estudios de la audiencia en la gerencia de programación y producción de canales de televisión, con el propósito de observar la evolución de las propias audiencias.

El libro se centra en esta tercera perspectiva, Fuenzalida trabaja para una empresa pública con características especiales, sin finalidades de lucro, pero debe autosuficiente económicamente, sin llegar a convertirse en una empresa similar a las televisoras privadas.

Comienza enunciando los tres macroactores que componen la relación TV y audiencia, siendo estos: audiencia-demandas sociales-empresa televisiva, la relación de la TV abierta con su audiencia debe insertarse en un contexto más amplio, donde los tres actores arriba señalados, tienen diferente peso social y se rigen por leyes diferentes en su relación la programación de la pantalla televisiva en TV abierta
Existen tres leyes que rigen la relación entre la audiencia-demandas sociales-empresa televisiva son: Ley de gratificación en el actor-audiencia en el consumo privado del hogar, ley del deber ser que diversos actores sociales quieren asignar tanto a la audiencia como al emisor de la TV abierta, en particular a una estación pública y la ley de la sustentación para el actor emisor-administrador de la empresa televisiva.
La Ley de la gratificación, menciona que anteriormente solo se podía tener acceso a uno dos canales de televisión, pero hoy en día con la multiplicidad de canales abiertos, por cable o por satélite y otras ofertas el actor audiencia se fragmenta, el televidente se expone al medio y ve aquel programa televisivo que le motiva y le gratifica en su consumo privado en el interior del hogar, el deber ser televisivo asignado por actores sociales a la TV abierta, si no es elaborado según posibilidades y limitaciones del lenguaje audiovisual, simplemente no atrae a una audiencia importante y se transforma elitario.
Los programas de TV que no tienen el publico-audiencia deseado por la dirección de las empresas televisivas privadas se vuelven incosteables, por lo tanto tendrán que salir de la programación, lo que no sucede en los canales públicos
En la Ley del deber ser, existen diversos actores sociales, tales como, los padres y maestros, los cuales intentan asignarle a la audiencia un deber ser frente a las emisiones televisivas, para ellos un comportamiento ideal sería el escoger programas de alta cultura en lugar de telenovelas. Así mismo, los actores sociales señalan a las estaciones de TV y mucho mas a un canal público los deberes que debería de cumplir una programación televisiva y los programas que deberían emitir, existen conflictos sociales entre el actores por el poder de expresarse cultural-televisivamente, los grupos políticos por introducir propaganda, desinformación y relaciones publica que se enfrenta con la línea editorial del canal y el ideal profesional.
Los sectores académicos se resiste a la comparecencia televisiva de géneros mas lúdicos de entretenimiento popular, el emisor de TV abierta necesita, entonces negociar constantemente para dar satisfacción a una sociedad creciente diferenciada; así la programación de la TV genera simultáneamente satisfacción y malestar a los diversos y conflictivos actores sociales.
En la Ley de la sustentación, el actor que ejerce la función de emisor empresarial-económico-artístico en la industria televisiva es altamente institucionalizado, para lograr la sustentación implica poner en actuación las siguientes capacidades o crearlas sino están disponibles:
· Productiva
· De gestión administrativa de la empresa
· De prospectiva de la industria nacional e internacional
· Agilidad para adaptarse a un escenario televisivo dinámico cambiante
· De posicionarse con una identidad corporativa
· Contactar a la audiencia para producir y poner en pantalla programas atractivos y económicamente sustentables, y así constituirse en un actor significativo en el espacio cultural publico.
El actor empresarial en la TV se mueve relacionándose también circularmente con la audiencia y con los actores sociales, asumir el desafío de integrar a los tres actores sociales en leyes de actuación tan difíciles de compatibilizar pone a una estación de TV y especialmente a los canales públicos en un ambiente de dinamismo y adaptación permanente en la competencia por obtener recursos por la gratificación de la audiencia y por la satisfacción de los actores sociales.
Si bien, en la actualidad existe una multiplicidad de canales a los que tiene acceso la audiencia, es cierto que no todos pueden tener ese beneficio, debido a que esta diversidad, se da solamente si se cuenta con señal de cable (la cual tiene un costo, no tan accesible para todos), para poder ver canales públicos con carácter cultural, por lo que se vuelve elitista.

Referencias Bibliográficas

FUENZALIDA, Valerio “Introducción” en Televisión Abierta y Audiencia en América Latina (pp. 9-20), Editorial Norma, 2002.

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